
Sin dudarlo ni un solo instante, cual adolescentes enfermizos, contagiados por la embriaguez de los sonidos de guitarra de nuestra niñez, corrimos a través del tunel sur agitados por la emoción de sentir las vibraciones del escenario, que al fondo se divisaba.
Y solo había empezado una de las noches de conciertos que jamás olvidaremos. Corrimos y muy cerca del escenario, tras la valla de seguridad paramos nuestros pasos. Desde allí asistiriamos al espectacular concierto.

Que extrañamente se celebró en nuestra clasista ciudad de Sevilla, que intenta a base de talonarios y entradas de precio desorbitado, sacar provecho de un Estadio Olimpico que quedó en el olvido. Y así, traer grupos que casi nunca pueden llenar el aforo y que en esta ocasión si que ocurrió.

Y es que en la parafernalia de un AC/DC:_ ero no pueden faltar unos cuernos, un rabo, pantalones vaqueros ajustados, una boina, un tren desbocado, unas campanas, unos cañones, un strep-tease, chicas traviesas y por supuesto fuego, mucho fuego...


Lo que más nos sorprendió es que a Angus Young no le hace falta cambiar de guitarra en cada tema que toca de toda su dilatada carrera, simplemente las mismas cuerdas de su Gigson SG durante toda la noche.